sé que mientes





Una vez más, tocó a mi puerta el delirio, 

ése delirio de fuego que perturba mi sueño.
Pensé mucho en ti.

Te vi junto a mí en el reflejo del espejo.
Tan cercano como el insomnio.
Así estuve apaciguada, viendo tu cuerpo de arena…
Pronuncié las palabras que tanto nos asustan y de un tajo  me atrapaste con la boca.

No me atrevo a decírtelo, pero sé que mientes.
Nadie mira a los ojos a su víctima antes de asesinarla... así que te vi a los ojos, esperando que no mataras lo que queda de mi alma.

...Por eso
A mi lado siempre está, siempre, su presencia; quiero decir pues, el recuerdo constante de que se encontraba ausente...


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